El Real Madrid ya tiene la Decimoquinta tras imponerse por 0-2 al Borussia Dortmund en la final de la Champions jugada este sábado en Wembley. Los goles de Dani Carvajal y Vinicius Júnior permiten al conjunto blanco llevar una nueva Copa de Europa a las vitrinas del Bernabéu, la número 15.
Para no desmerecer las anteriores, llegó con sufrimiento. El Borussia jugó con descaro y sin complejos, aguantando el arreón inicial del Madrid, que salió a dominar desde el inicio y quiso controlar el partido. Pero el conjunto de Edin Terzic tuvo las mejores ocasiones de la primera parte.
Dos internadas de Adeyemi, una tras un grave error de Rüdiger, y un tiro al palo de Füllkrug pusieron el susto en el cuerpo. La grada Oeste, ocupada por el sector madridista, enmudeció de repente. En el Este se instaló un sucedáneo del ‘muro‘ del Signal Iduna Park. Los amarillos no cesaron de cantar y animar en todo el encuentro, incluso terminado el mismo.
Pero así es la Champions, así es el Madrid y así es como se escribe la historia de esta competición, sobre todo en el caso del conjunto español. Tal vez no sea el que mejor ha jugado las finales, pero es el que más ha ganado. En la segunda parte el mejor jugador del Borussia, la afición, trató de meter más presión con bengalas. Ni así.
Ni con los silbidos a Kroos cada vez que tocaba un balón. No le perdonaban su pasado en el Bayern, que les privó de ganar la Champions en 2013 en el mismo escenario. El Bayern, que no Kroos que estaba lesionado. El alemán lo intentó en dos ocasiones de falta directa, una en cada parte. El fondo Oeste coreaba su nombre en cada balón parado.
Y en estas llegó el córner. En el minuto 73 la puso en la cabeza del más bajito del césped, Dani Carvajal, que la peinó al segundo palo ante el delirio de la mitad de Wembley. La película se repetía, un equipo se atrevía a intentar someter al rey, pero el rey se levanta y asesta el mandoble.
No estaba muerto el Borussia, pero terminó de rematarlo Vinicius a pase de Bellingham. El inglés perdonó dos ocasiones claras ante su exequipo, pero no falló en una asistencia clara tras robar en campo renano y Vini tampoco estaba para nostalgias; no tiene deudas del pasado con Dortmund. A la red y a la vitrina.
Tuvo un último intento Füllkrug, que por fin pudo batir a un Courtois que no parecía haber estado siete meses lesionado, pero le anularon el gol por fuera de juego. Aún con empate a cero había salido Marco Reus al campo, pero el veterano extremo del Borussia se fue de nuevo con sabor amargo. Todos se fueron ovacionados por la afición del campeón en un gesto deportivo.
Querían resarcirse de su deuda con Wembley, pero tendrá que ser en otra ocasión. La ‘Catedral’ tiene por costumbre coronar a los reyes, y en la Champions la corona es del Real Madrid. Los famosos arcos de Wembley se iluminaron con el color blanco para la ocasión en la entrega de trofeos.
Tras la entrega de trofeos llegó el tiempo de los homenajes. Kroos, que había sido ovacionado junto a Modric en el momento del cambio, fue llevado a hombros a recibir el cariño de la grada madridista.
«Así gana el Madrid» coreaba la afición para pasar a cantar de nuevo el himno de la Décima con la repetición de las mejores imágenes. Antes de sonar ‘Mi gran noche’ de Raphael, tuvieron tiempo de pedir a voz en grito el Balón de Oro para Vinicius.
Con el partido acabado y el Este ya vacío, el madridismo aún tenía ganas de fiesta en Wembley.
